Dios siempre nos respalda

Tras un año de servicio internacional, una joven guatemalteca tiene nuevas perspectivas para su futuro.

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Una sala decorada con globos, una pancarta de "Graduación", niños actuando y adultos observando sentados.

When Vilma Pop left her family and K'ekchi' community in the north of Guatemala, it was the first time she had traveled on her own. She was leaving behind a context where being a woman means, above all else, being a wife and a mother. In her community, the possibilities of being independent, traveling and learning about other cultures are mostly available to men.

Yet, that was exactly what Vilma was setting out to do. As she boarded the plane, filled with excitement and nerves, Vilma was distinguishing herself as the first K'ekchi' woman to participate in Young Anabaptist Mennonite Exchange Network (YAMEN).

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A person sits with a relaxed posture, wearing a plaid shirt and a beanie, against a backdrop of a simple indoor setting.
Portrait of Vilma Pop, 2024-2025 YAMEN participant (Photo courtesy of Vilma Pop)

A joint program of MCC and Mennonite World Conference, YAMEN offers young adults from outside Canada and the U.S. a chance to serve internationally for a year.

Five other young adults would serve on the MCC team with Vilma during her time in Bolivia, lending encouragement to each other even as they worked in different assignments. And she had the support of those back home who had helped her make the decision to take part in YAMEN, including her pastor and the MCC connecting people's coordinator for Guatemala-El Salvador.

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SALT* 2024-2025 participant Andrew Smucker (right, U.S. to Bolivia) and YAMENers (from left) Yuri de Araújo and Vilma Pop visit the 'Christ of Peace' monument near Cochabamba, Bolivia.
Andrew Smucker (right) who participated in Serving and Learning Together, another MCC young adult program, and YAMENers (from left) Yuri de Araújo and Vilma Pop visit the ‘Christ of Peace’ monument near Cochabamba, Bolivia. (GSL photo)

Sus primeros meses en Bolivia no fueron fáciles. Se enfrentó a muchos retos y hubo momentos en los que quiso regresar a su país. “Tuve que confiar más en Dios en los momentos en que me enfrentaba a muchos cambios y desafíos en mi vida”, reflexiona Vilma. “Puedo decir que, a través de mis oraciones, la lectura de la Biblia y el apoyo del equipo del CCM en Bolivia y de la iglesia donde adoraba —así como de la congregación en mi país y de mi familia en Guatemala, que estaban orando por mí—, todo el apoyo que recibí me hizo sentir acompañada en cada paso y sentir menos tristeza.”

Las palabras de Mateo 6:33 se le quedaron grabadas: “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (NVI).

"Este versículo me ayudó mucho mientras estuve en Bolivia", dice, "porque fue uno de los propósitos con los que llegué como participante de YAMEN, 'servir en el nombre de Cristo'. Me ha inspirado a seguir apoyando a otros que necesitan mi ayuda."

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A group of young people sits on steps in a room with a stage. There are banners and signs with text related to Jesus.
Vilma Pop (fila superior, segunda desde la derecha) participa en un retiro con jóvenes adultos de la Iglesia Menonita Evangélica, a la que asistió activamente durante su tiempo en YAMEN. (Foto cortesía de Vilma Pop)

Se encontró dependiendo más de Dios y de los demás, pero también viéndose a sí misma crecer en independencia. Mudarse a un nuevo país, aprender a desenvolverse en él e integrarse en una nueva comunidad la desafió a hacer cosas por sí misma. “En lo personal, la mayor satisfacción que he podido obtener es ser más independiente”, reflexiona Vilma.

También experimentó la transformación de otras maneras. Durante su año en YAMEN, Vilma trabajó en una guardería de la Iglesia Evangélica Menonita Boliviana. Recuerda que, antes de llegar a Bolivia, la idea la intimidaba. “Siempre tuve miedo de trabajar con niños, de cómo llevarme con ellos”, cuenta.

Entonces, en un aula de la guardería Samuelito, en las afueras de Santa Cruz, ocurrió algo sorprendente. Rodeada de 20 niños cada día, Vilma descubrió que en aquello que antes le daba miedo tenía un don. Su supervisora también lo notó: “Ha dejado una huella en el corazón de todos los que trabajamos con ella. No tengo palabras para agradecerle toda su ayuda, apoyo, cariño y paciencia con los niños”, dice Aida Luz Hurtado, una de las directoras de la guardería Samuelito.

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Three women stand together outdoors, smiling. They are dressed in various styles, with greenery and flowers in the background.
Durante una despedida en la oficina del CCM, Vilma Pop celebra su año de servicio junto a Yuli Quintela y Nicol Anzoategui, compañeras que se convirtieron en dos de sus amigas más cercanas. (Foto cortesía de Anika Bauman)

Ahora, de vuelta en Guatemala, Vilma espera aportar sus nuevas habilidades y conocimientos a futuras oportunidades en la iglesia. "Ahora que he trabajado más con niños, espero poder trabajar con ellos en mi país en el futuro", dice. "Lo más importante es tener nuevas visiones para tu futuro, tanto en tu vida profesional como personal".

Vilma reflexiona con gratitud sobre su año en Bolivia. Espera que otros jóvenes, incluidos los de su propia comunidad, aprovechen la oportunidad de servir en otro país a través de YAMEN. "Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de conocer a personas maravillosas durante mi participación en el programa YAMEN. Participar en un programa del CCM es una gran oportunidad que abre puertas a nuevos objetivos, perspectivas y visiones, y a ver la vida de una manera diferente, en la que puedes apoyar a tu iglesia, tu comunidad o tu país.”

Vilma también reconoce ahora que salir de tu país no es sólo una oportunidad para ver nuevos lugares y conocer gente nueva: es una experiencia que cambia tu perspectiva sobre tu lugar de origen. "Al principio, puedes sentir nervios o miedo por lo que te espera en otro país, pero ahí es donde empieza la aventura: descubrir nuevos lugares, culturas, comidas y personas. Pero no podemos olvidar de dónde venimos, nuestras raíces, y valorar cada aspecto de nuestra cultura mientras estamos lejos de casa.”

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A person walks along a dirt path through tall grass, with rolling hills and a vast sky filled with clouds in the background.
Durante la orientación en octubre de 2024, Vilma Pop hace senderismo en las afueras de la ciudad de Cochabamba, Bolivia. La acompañaron otros participantes de YAMEN y SALT, quienes a lo largo del año se convirtieron en una parte importante de su red de apoyo. (Foto cortesía de Anika Bauman)

Al participar en YAMEN, Vilma ha demostrado a su comunidad, a su país y, sobre todo, a sí misma, que es posible valorar tu cultura mientras desafías las barreras y los estigmas con los que has crecido. Ha regresado a Guatemala con la convicción de discernir y construir un presente diferente: uno en el que pueda servir desde sus propios dones y buscar las experiencias que los hagan brillar.

Vilma sigue encontrando aliento en Filipenses 4:13 (NVI): “Todo lo puedo en aquel que me fortalece.” “Este versículo me hace ver que todos los sueños y deseos de nuestro corazón pueden hacerse realidad con Dios respaldándonos y, sobre todo, con mucha fe.”

Anika Bauman es Facilitadora de Comunicaciones y Apoyo a Programas del CCM Bolivia. Vilma Pop sirvió en Bolivia a través de YAMEN entre 2024 y 2025.

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