Dios siempre nos respalda
Tras un año de servicio internacional, una joven guatemalteca tiene nuevas perspectivas para su futuro.
When Vilma Pop left her family and K'ekchi' community in the north of Guatemala, it was the first time she had traveled on her own. She was leaving behind a context where being a woman means, above all else, being a wife and a mother. In her community, the possibilities of being independent, traveling and learning about other cultures are mostly available to men.
Yet, that was exactly what Vilma was setting out to do. As she boarded the plane, filled with excitement and nerves, Vilma was distinguishing herself as the first K'ekchi' woman to participate in Young Anabaptist Mennonite Exchange Network (YAMEN).
A joint program of MCC and Mennonite World Conference, YAMEN offers young adults from outside Canada and the U.S. a chance to serve internationally for a year.
Five other young adults would serve on the MCC team with Vilma during her time in Bolivia, lending encouragement to each other even as they worked in different assignments. And she had the support of those back home who had helped her make the decision to take part in YAMEN, including her pastor and the MCC connecting people's coordinator for Guatemala-El Salvador.
Sus primeros meses en Bolivia no fueron fáciles. Se enfrentó a muchos retos y hubo momentos en los que quiso regresar a su país. “Tuve que confiar más en Dios en los momentos en que me enfrentaba a muchos cambios y desafíos en mi vida”, reflexiona Vilma. “Puedo decir que, a través de mis oraciones, la lectura de la Biblia y el apoyo del equipo del CCM en Bolivia y de la iglesia donde adoraba —así como de la congregación en mi país y de mi familia en Guatemala, que estaban orando por mí—, todo el apoyo que recibí me hizo sentir acompañada en cada paso y sentir menos tristeza.”
Las palabras de Mateo 6:33 se le quedaron grabadas: “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (NVI).
"Este versículo me ayudó mucho mientras estuve en Bolivia", dice, "porque fue uno de los propósitos con los que llegué como participante de YAMEN, 'servir en el nombre de Cristo'. Me ha inspirado a seguir apoyando a otros que necesitan mi ayuda."
Se encontró dependiendo más de Dios y de los demás, pero también viéndose a sí misma crecer en independencia. Mudarse a un nuevo país, aprender a desenvolverse en él e integrarse en una nueva comunidad la desafió a hacer cosas por sí misma. “En lo personal, la mayor satisfacción que he podido obtener es ser más independiente”, reflexiona Vilma.
También experimentó la transformación de otras maneras. Durante su año en YAMEN, Vilma trabajó en una guardería de la Iglesia Evangélica Menonita Boliviana. Recuerda que, antes de llegar a Bolivia, la idea la intimidaba. “Siempre tuve miedo de trabajar con niños, de cómo llevarme con ellos”, cuenta.
Entonces, en un aula de la guardería Samuelito, en las afueras de Santa Cruz, ocurrió algo sorprendente. Rodeada de 20 niños cada día, Vilma descubrió que en aquello que antes le daba miedo tenía un don. Su supervisora también lo notó: “Ha dejado una huella en el corazón de todos los que trabajamos con ella. No tengo palabras para agradecerle toda su ayuda, apoyo, cariño y paciencia con los niños”, dice Aida Luz Hurtado, una de las directoras de la guardería Samuelito.
Ahora, de vuelta en Guatemala, Vilma espera aportar sus nuevas habilidades y conocimientos a futuras oportunidades en la iglesia. "Ahora que he trabajado más con niños, espero poder trabajar con ellos en mi país en el futuro", dice. "Lo más importante es tener nuevas visiones para tu futuro, tanto en tu vida profesional como personal".
Vilma reflexiona con gratitud sobre su año en Bolivia. Espera que otros jóvenes, incluidos los de su propia comunidad, aprovechen la oportunidad de servir en otro país a través de YAMEN. "Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de conocer a personas maravillosas durante mi participación en el programa YAMEN. Participar en un programa del CCM es una gran oportunidad que abre puertas a nuevos objetivos, perspectivas y visiones, y a ver la vida de una manera diferente, en la que puedes apoyar a tu iglesia, tu comunidad o tu país.”
Vilma también reconoce ahora que salir de tu país no es sólo una oportunidad para ver nuevos lugares y conocer gente nueva: es una experiencia que cambia tu perspectiva sobre tu lugar de origen. "Al principio, puedes sentir nervios o miedo por lo que te espera en otro país, pero ahí es donde empieza la aventura: descubrir nuevos lugares, culturas, comidas y personas. Pero no podemos olvidar de dónde venimos, nuestras raíces, y valorar cada aspecto de nuestra cultura mientras estamos lejos de casa.”
Al participar en YAMEN, Vilma ha demostrado a su comunidad, a su país y, sobre todo, a sí misma, que es posible valorar tu cultura mientras desafías las barreras y los estigmas con los que has crecido. Ha regresado a Guatemala con la convicción de discernir y construir un presente diferente: uno en el que pueda servir desde sus propios dones y buscar las experiencias que los hagan brillar.
Vilma sigue encontrando aliento en Filipenses 4:13 (NVI): “Todo lo puedo en aquel que me fortalece.” “Este versículo me hace ver que todos los sueños y deseos de nuestro corazón pueden hacerse realidad con Dios respaldándonos y, sobre todo, con mucha fe.”
Anika Bauman es Facilitadora de Comunicaciones y Apoyo a Programas del CCM Bolivia. Vilma Pop sirvió en Bolivia a través de YAMEN entre 2024 y 2025.
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