Los paquetes escolares ayudan a las niñas y niños a regresar a la escuela después de la guerra
Muchos niños, niñas y adolescentes de la región de Tigray, en el norte de Etiopía, regresaron a la escuela este otoño después de tres o cuatro años sin poder asistir. Sus escuelas, hogares y comunidades fueron destruidos o devastados por la guerra entre noviembre de 2020 y noviembre de 2022.
Mientras el Frente de Liberación Popular de Tigray combatía contra las Fuerzas de Defensa de Etiopía en una pugna por el poder político, muchos estudiantes, huyeron de sus hogares con sus familias. Algunos adolescentes se unieron a los combatientes. Otros estudiantes murieron o quedaron traumatizados durante la guerra.
“La devastación es difícil de describir”, dice Gidey Zerabruk, miembro de la asociación de madres/padres y docentes de la escuela primaria Enda Ferensay. “Algunas familias lo han perdido todo, incluso sus hogares. Quienes aún tienen hogares han perdido a sus hijos, y la situación económica se ha vuelto paralizante. La mayoría ni siquiera puede costearse las comidas diarias, y mucho menos los útiles escolares”.
La inflación de los precios ha hecho que los útiles escolares sean más caros de lo que solían ser, afirma. Una mochila y cuadernos cuestan unos 1,000 birr (8 dólares) por niño/niña. Para una familia de cinco miembros, los útiles escolares costarían unos 5,000 birr (40 dólares) por familia.

Agencia de la Iglesia entrega 15,000 paquetes escolares
Por eso, la Comisión de Desarrollo de la Iglesia Meserete Kristos (MKCDC), una iglesia menonita asociada del Comité Central Menonita (CCM) en Etiopía, distribuyó 15,000 paquetes escolares del CCM a estudiantes de 65 escuelas de Tigray a finales de septiembre. El paquete escolar contiene varios cuadernos, lápices, bolígrafos y lápices de colores, además de una regla, un borrador y un sacapuntas en una bolsa de tela.
Las personas destinatarias se determinaron en función de su nivel de vulnerabilidad, incluyendo las que no tienen padre ni ingresos suficientes y las que viven en refugios temporales o con un familiar con discapacidad.

Kalkidan Fistum, de 13 años, fue una de las estudiantes sin padre que acudió a la distribución de paquetes escolares en la Escuela Secundaria Rama. Ella afirma que los paquetes escolares han sido útiles para mucha gente.
“No teníamos nada, y sin las donaciones, nuestras familias habrían tenido que pedir prestado dinero para comprarnos los útiles escolares”, dice Fistum. Dice que no fue a la escuela durante tres o cuatro años”.
“Me sentía terrible cuando me quedaba en casa sin ir a la escuela. No ir a la escuela enlentece tu mente porque no estás aprendiendo nada”, dice.

Otra estudiante, Frewyni Abrahaley Teklay, de 14 años, dice que también está contenta de volver a la escuela.
“Me sentía atrapada en casa, pero tenía miedo de salir por los soldados. Ahora que se reanudaron las clases, estoy contenta de volver a ver a mis amigas”.
Recibir el material escolar es alentador, añade Teklay. “Me ayudará en mis estudios, y ayuda a mi familia reduciendo sus gastos. Quiero ser pilota y ayudar a mi comunidad a salir de estos tiempos difíciles”.
Personas voluntarias hacen paquetes escolare

Para fomentar la donación continua de paquetes escolares, el CCM lanzó su segundo reto anual de paquetes escolares en agosto, con la meta de recolectar 24,000 paquetes. Los donantes respondieron superando la meta y donaron 30,714 paquetes escolares. En el período 2023-2024, el CCM envió 81,048 paquetes escolares a ocho países.
En la reciente distribución etíope, la profesora de secundaria Memhir Adanech Mekonen dijo que el estudiantado se ha visto realmente afectado por el trauma de la guerra.
Aprendiendo con trauma

“Ya no tienen tantas esperanzas como antes, y muchos están heridos. Es difícil motivarles o incluso darles instrucciones básicas”, dice Mekonen. “Algunos han perdido a familiares, por lo que es imposible esperar que vuelvan a ser los mismos de antes”.
Zerabruk dice que sus nietos y nietas entran en pánico cada vez que oyen fuegos artificiales y le ruegan que corran al bosque para ponerse a salvo. “Asocian cualquier ruido fuerte con un conflicto. Este trauma afecta sobre todo a jóvenes, y también a toda la comunidad”.
La rutina y los útiles escolares levantan la moral

Regresar a la rutina escolar ayuda a las niñas y niños a superar el trauma, y recibir los paquetes escolares ha sido bueno para la moral del estudiantado, dice Beriha Maasho, administrador adjunto de la Escuela Primaria Addisalem en el distrito de Woreda.
“Ellos (los estudiantes) están muy contentos y emocionados por recibir este apoyo. Los padres también están muy contentos. Ver a sus hijos tan felices les llena de alegría. Toda la comunidad – profesores, estudiantes y padres – agradece cualquier ayuda”, afirma.