
CCM EE. UU. se compromete a reforzar su equidad racial
Los miembros de la Junta ejecutiva del CCM EE. UU. Hugo Saucedo, a la izquierda, de San Antonio, Texas, y Karl McKinney, de Landisville, Pensilvania, conversan durante una gira de aprendizaje de 2019 en Ucrania. El informe de auditoría de equidad racial recomendó al CCM EE. UU. que tomara medidas estratégicas para aumentar el grupo de solicitantes calificados y racialmente diversos para puestos de personal y de la junta. Foto del CCM / Matthew Sawatzky
La Junta directiva del Comité Central Menonita (CCM) EE. UU. aceptó por unanimidad una nueva auditoría de equidad racial y sus recomendaciones de cambios que llevarán al CCM a convertirse en una organización más justa y equitativa.
La auditoría, encargada por la Junta en el 2020, fue elaborada por Adrian Pei, consultor de equidad racial y gestión del cambio, de California, y autor de The Minority Experience: Navigating Emotional and Organizational Realities.
Pei pasó cinco meses revisando los registros de las prioridades estratégicas del CCM y las iniciativas anteriores contra el racismo, observando múltiples reuniones de liderazgo y llevando a cabo entrevistas confidenciales con 37 personas de todo el CCM en los EE. UU., en especial con personas de color.
Si bien el CCM ha estado involucrado en el trabajo contra el racismo con su propio personal y con las iglesias durante décadas, el llamamiento nacional por la justicia para la comunidad Afronorteamericano de EE. UU. en el verano boreal del 2020 impulsó al CCM a analizar más de cerca su propio racismo institucional.
“El Señor les está dando a muchas personas de la cultura blanca dominante la oportunidad de ver injusticia que ha pasado desapercibida a pesar de las conversaciones que abogan por el cambio”, dijo la presidenta de la Junta directiva de CCM EE. UU., Gwen White, de Filadelfia. “A principios de este mes, en Georgia, fuimos testigos de un violento tiroteo contra mujeres asiáticas, lo que nos abrió los ojos de nuevo a la necesidad de hacer frente a los prejuicios y al odio racial.
“Aquellas personas que han ostentado el poder están reconociendo las maneras inconscientes en que ese poder se ha utilizado y mantenido. Esto brinda la oportunidad de cambiar no solo nuestra mente, sino también nuestros sistemas al incorporar a personas diversas en los puestos de toma de decisiones. Y esto dará una buena cosecha”.
El 20 de marzo, Pei se reunió con la Junta directiva para revisar sus conclusiones, incluidas las fortalezas, las deficiencias y las barreras del CCM que han causado dolor y opresión entre algunos empleados de color. Hizo hincapié en los pasos necesarios del CCM en el camino hacia la equidad racial y subrayó los desafíos que enfrentará la organización al tratar de cambiar.
“Las organizaciones no cambiarán a menos que estén dispuestas a renunciar a lo que les resulta cómodo y familiar”, dijo Pei.
Pei comparó el trabajo con el grano de trigo al que se refirió Jesús en Juan 12,24 que debe caer en la tierra y morir antes de que pueda producir fruto. En este contexto, el fruto al que se refiere es la justicia para los oprimidos y que el reino de Dios se refleje cada vez más en este mundo.
“La gente siempre quiere ver frutos, pero no siempre está dispuesta a hacer el sacrificio”, expresó. “Lo hacemos por Cristo y su sacrificio”.
El primer paso, según Pei, es que los jefes de equipo creen un espacio para la equidad racial en las descripciones de los puestos de trabajo, las responsabilidades del equipo y los planes estratégicos. Los debates sobre el cambio deben tener lugar entre todos los niveles del personal.
Después, Pei recomendó que el CCM profundizara intencionadamente en su compromiso con las iglesias y las personas de color y adoptara medidas estratégicas para aumentar el colectivo de candidatos cualificados y racialmente diversos para los puestos del personal y la Junta directiva.
Además, aconsejó elaborar un plan de comunicación interna y externa sobre la equidad racial, crear una agrupación de liderazgo y tutoría para el personal de color, y contratar personal para facilitar el progreso de la labor antirracista dentro de la organización y los esfuerzos antirracistas del CCM con otros.
El miembro de la Junta directiva Hugo Saucedo, de San Antonio, dijo: “Ciertamente, apoyaré este informe y las acciones porque por primera vez en mucho tiempo veo el reconocimiento de muchas de las piezas por las que he trabajado en los últimos 20 años... en términos de la comprensión de lo que pienso y siento”.
El personal ejecutivo del CCM EE. UU. y las cuatro oficinas regionales del CCM en Estados Unidos, que han estado trabajando estrechamente con Pei durante los últimos meses, ya han empezado a crear planes para implementar sus recomendaciones.
“Estoy comprometida a recorrer este camino,” expresó Ann Graber Hershberger, la directora ejecutiva del CCM EE. UU., y señaló que comparte el camino a seguir con muchos miembros de la Junta directiva y del personal que, durante años, han estado guiando al CCM hacia una mayor equidad racial. Es una alegría ver el progreso”.
Y más adelante agregó: “Deseo que llegue el día en que el CCM se convierta en una organización que integre y se relacione plenamente con todas las razas y etnias de nuestra base de apoyo. Queremos ser una organización en la que se valore a cada persona por igual, colaborando plenamente para vivir el reino de Cristo en la Tierra”.