Eliecer Valdez Suárez es pastor y misionero de la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Cuba (ICCC), pero el año pasado trabajaba como sepulturero. El COVID-19 estaba teniendo un alto precio tanto para las familias cubanas como para la industria turística cubana, y las ya difíciles condiciones en la isla se habían vuelto aún peores. Valdez tenía muchas tumbas que excavar. Pero cuando llegó a Cuba un cargamento de kits de ayuda del CCM y carne enlatada, dejó de excavar y empezó a llevar contenedores por toda la nación isleña.
"Esta ayuda llegó en un momento en el que no teníamos qué comer, cuando estábamos luchando cara a cara contra COVID-19 en las calles", le dijo a un grupo del personal del CCM durante una visita a Cuba en febrero de 2023. "Llegó como maná del cielo".
"Esta ayuda llegó en un momento en el que no teníamos qué comer, cuando estábamos luchando cara a cara contra COVID-19 en las calles", le dijo a un grupo del personal del CCM durante una visita a Cuba en febrero de 2023. "Llegó como maná del cielo".
El trabajo con la iglesia es una parte clave del trabajo de ayuda del CCM en Cuba. Desde el comienzo de la pandemia, el CCM ha trabajado con la Iglesia de los Hermanos en Cristo para distribuir 3.615 kits de ayuda y 91.006 libras de carne enlatada a comunidades de toda Cuba durante la pandemia y la crisis económica que la acompañó. El CCM tiene previsto enviar más kits el año que viene, ya que las condiciones en Cuba muestran pocos signos de mejora.
Muchos cubanos llevan meses sin comer carne ni huevos y luchan por encontrar productos básicos como aceite de cocina, jabón, papel higiénico y toallas. Incluso para los que tienen algo de dinero, es casi imposible importar los artículos cotidianos que los cubanos necesitan para sobrevivir.
Con todo un país en crisis y una serie de retos únicos en la provisión de ayuda humanitaria, ¿por dónde empieza a ayudar una organización como el CCM?
La Iglesia de los Hermanos en Cristo aporta una ayuda muy necesaria a las comunidades
Desde un proyecto inicial que proporcionó fondos para reconstruir casas tras el huracán Sandy en 2012, el CCM ha apoyado a las Iglesias de los Hermanos en Cristo a medida que aumentan su capacidad para responder a emergencias. La ayuda distribuida a través de la iglesia no solo llega a los pastores y miembros de la iglesia, sino también a los vecinos que no son parte de la iglesia, lo que les ha ganado el respeto de las comunidades e incluso del gobierno local.
Valdez recuerda las reacciones de muchos al ver un camión cargado de kits de socorro y carne enlatada llegar a las comunidades de su provincia en 2021.
"Los pastores sonreían de oreja a oreja porque veían que se les había abierto el cielo", dice. "[Las latas de carne] ¡no eran sólo esas pequeñas latas que uno pensaría que son de atún! Sino también los cubos con las toallas y todos los productos de higiene personal que había dentro: llegaron en un momento de crisis tremenda, ya que no había nada en nuestro país que pudiéramos comprar."
Respuesta al desastre en Pinar del Río
Otro socio del CCM, el Centro Cristiano para la Reflexión y el Diálogo (CCRD) también ha colaborado a través de las iglesias de la provincia de Pinar del Río en el envío de kits de ayuda y materiales para techos después de que el huracán Ian azotara la zona en septiembre de 2022.
El pastor Imer Cordobés Pérez, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Pinar del Río, recuerda el día en que el huracán Ian azotó la región. La casa donde vivía con otro pastor era fuerte, pero, aun así, escuchó cómo la puerta se desprendió de sus bisagras y los muebles se movían en el interior. Cuando el ojo del huracán pasó por encima, ofreciendo una calma temporera sobre Pinar del Río, pudo oír los gritos de sus vecinos. " Tuve miedo de que hubiera muerto mucha gente", dice.
Después de pasar el huracán, los daños eran muy evidentes. Las casas habían quedado destruidas y las condiciones económicas, ya de por sí difíciles, hacían que no hubiera recursos disponibles para reconstruirlas. El CCM colaboró con CCRD y Kerk in Actie, una organización social de la Iglesia Protestante Holandesa, para enviar kits de ayuda y material para techos a las personas cuyas casas habían resultado dañadas o destruidas, y además ofreció apoyo psicosocial a las personas traumatizadas por los sucesos de aquella noche.
Como congregación local, la iglesia de Pérez gestionó la distribución. El comité de emergencia de la iglesia identificó a los más necesitados de ayuda y organizó una comisión para distribuir los kits de socorro cuando llegaran a Cuba. Los kits de ayuda se entregaron a quienes más los necesitaban en la comunidad, pertenecieran o no a la iglesia adventista.
"[Cuando llegaron los cubos], todos los niños estaban contentos, había alegria en las casas", dijo Dania Penalva Rodríguez, coordinadora de la comisión de emergencia. "Recuerdo que alguien dijo: '¡Vaya, champú! ¡Qué caro es esto!" A veces uno se pregunta qué importancia tienen realmente este tipo de cosas, pero luego ves lo feliz que se pone alguien cuando recibe algo como champú."